Un encuentro bellísimo

Yo no quiero a otro. Yo lo quiero a él.

Bicentenario en Mauritania

Bicentenario (marco y prólogo)
Yo quiero estar ahí, en el gentío, festejando, siendo parte, mezclándome con la algarabía general, con la alegría masiva. No quería solo verlo por televisión, y, a pesar de detestar el amontonamiento de gente, ansío estar con ellos. Voy, y me encuentro con el jardín de gente, como dice el Flaco, y yo feliz de ser una briznita de pasto en ese vergel.
En un recodo del camino, de «casualidad», me lo encuentro al Charly, y él dice «…¡Y claro…!» cuando me ve. Charloteamos un rato, nos reímos, y yo me solazo en su acento y sus gestos rosarinos. Hablamos de los chicos bellísimos que están en cueros, en uno de los cuadros del desfile que representa los pueblos originarios, y carcajeamos de lo lindo.
Me encuentro con Alfredo; voy hacia él, y desde lejos ya lo veo tan bello, con su sombrero y su ropa haciendo juego. Tiene barba y está en plena forma, tan cómico como siempre. Su palabra hoy es «alternativo», para definir una manera de vestirse, pero también una manera de ser y de pensar. Hablamos de los contacteros que viven juntos, me cuenta de su crisis de pareja, yo le cuento de mi trabajo, y ya estamos en una cotidianeidad placentera, aunque nos veamos muy de vez en cuando.
Vemos el desfile, fascinados. Luego él se va y lo acompaño unas cuadras. Vuelvo al desfile, caminando tranquilo. De repente, en el medio de los dos millones de personas, caminando tranquilo mientras miro todo, lo veo: ahí está él.
Mauritania
Desfiladeros
Si, claro, no podía ser de otra manera. Pasé a un metro de donde estaba él. Justo, justo, de «casualidad». Ël, recién llegado, se encontró con todo el mundo en la misma cuadra porteña; ni tuvo que moverse, allí confluímos todos a su imán.
Charlamos y me quedo un rato con ellos. Festejando y celebrando, gozando de los cuadros y las danzas. Me siento sorprendentemente tranquilo y en paz. Me gusta quedarme con ellos. Luego tengo ganas de irme a ver a Fito, y nos separamos.
Lo escucho a Fito cantar «Al lado del camino»: …el tiempo a mi me puso en otro lado…,  …me gusta regresarme del olvido para acordarme en sueños de mi casa, del chico que jugaba a la pelota…, ….me gusta estar al lado del camno, dormirte cada noche entre mis brazos…
Yo lloro.
Hatuchay
Hablamos, y es sorprendente.
No nos entendemos, hablamos diferentes idiomas, tenemos diferentes intenciones, diferentes perspectivas. Es tan sorprendente; hasta tengo que decirle cuál es mi intención a cada comentario que hago. Él me dice cosas que me dejan un poco en ascuas: ¿pero ahora qué hacemos con eso?, me pregunto. Yo le digo cosas que me pasaron, el dolor y la desperación, y él las toma como reproches. Se siente culpable. Se siente responsable.
Me pide disculpas. Yo las acepto, claro, pero eso no borra el dolor ni me cambia la historia. (Puedo decir que su acercamiento me cambió la historia, no su pedido de disculpas)
Él tiene la necesidad de hablar del pasado, de decir cosas que no se dijeron, porque siente un agujero en la historia, marcado por la ausencia de pensamiento y de palabras. Una brecha, conformada por un alejamiento entre él y yo, y también por sus intentos fallidos de generar una relación con otros contenidos. . Yo intenté, me dice, tener otro tipo de relación con vos, pero no me diste lugar. Tenía que ser a tu manera, o nada. Yo, le digo, no podía tener otro tipo de relación con vos. Cuando te fuiste yo estaba enamorado, y sólo me quedó el desgarro de tu falta.
Yo siento que todo eso que me dice tiene sentido si ocurre enmarcado por esta otra cuestión: ¿qué de nosotros ahora? Yo necesito pensar la viabilidad de una relación entre él y yo, de acá para adelante. Eso lo deja perplejo, no es un tema pará él. Pero si no es un tema para él, entonces ¿para qué nos encontramos? Yo no tengo nada que decirle acerca del pasado, más allá de cuánto me dolió su partida. Me hiciste falta, le digo, yo estaba desesperado.
Le digo lo importante que era para mí, lo maravilloso que lo veía. Ante eso él siente que no llega, es decir, no alcanza a ser tan perfecto como lo pinto. Eso es idílico, irreal. Por supuesto –le digo-: yo estaba enamorado… no había nada que tuvieras que hacer, vos eras perfecto. Le parece increíble, sólo lo ve como una idealización, nada que ver con su personalidad real. Él lo vive como una exigencia de perfección.
Sos extremista, me dice.
Le contesto: yo soy así.
Nos reímos de tanto diálogo de sordos, de tanto desnivel. Nos tomamos con humor las ganas de mandarnos mutuamente a la mierda. Hacemos chistes con la sensación de encontrar una pared del otro lado. Todo eso nos alivia, nos da un respiro.
Lo vemos tan claro, y lo explicito: yo sabía que no nos íbamos a entender, pero al menos para mi eso no cancela la posibilidad de pensar la viabilidad de una relación con vos.
Para él es trascendental e importantísimo ese intento de comprendernos, para mi es secundario. Para mi es trascendental e importantísimo pensar un futuro posible, para él es secundario. Él habla de lo que no dijo, yo hablo de mi explicitud constante. Él habla del pasado, yo hablo del futuro…
Estamos cansados, agotados. Qué dificil es hablar con vos, me dice. Vos tenés el discurso ya armado, y no siento que haya construcción conjunta de nada…
Nos reímos un poco y nos despedimos blandamente.
Landscape
Me llevo esta sensación de sorpresa ante lo que le sucedió. Su punto de vista, sus sensaciones, sus prioridades son tan insólitas para mi que me dejan atónito. Yo lo sospechaba, pero no sabía la extension de semejante disparidad.
Es tan claro como cada uno tiene un universo, una manera de estar en el mundo, y que esa manera es irreductible e incomparable: no hay enlace.
A partir de aquí, preguntas. Esta sensación ¿es generalizable, o es particular de mi relación con él? Si es particular, ¿será porque estuve enamorado? ¿Será porque él se fué cuando yo estaba enamorado? ¿O será simplemente «yo soy así» y «él es así», y nada que hacer?
Y si es así, ¿cómo es que coincidimos?
¿Cómo fue que coincidimos?
Como diría el Licenciado: vamos a seguir pensando…

Placer

La parte más placentera del sexo, la más gozosa
es dormir cucharita.

Before Sunset

Director: Richard Linklater

Screenplay: Richard Linklater, Julie Delpy, Ethan Hawke

Story & Characters created by: Richard Linklater, Kim Krizan

 

Jesse: Ethan Hawke

Celine: Julie Delpy

 

Celine: -People just have an affair, or even entire relationships; they break up and they forget. They move on like they would have changed brand of cereals. I feel I was never able to forget anyone I’ve been with. ‘Cause each person has… you know… specific qualities. You can never replace anyone. What is lost is lost. Each relationship, when it ends, really damages me; I never fully recover. That’s why I’m very careful with getting involved, because… it hurts too much! Even getting laid! I actually don’t do that; because I would miss of the person the most mundane things. Like I’m obsessed with little things… (…) I see in them (people) little details, so specific to each, and that move me, and that I miss, and will always miss. You can never replace anyone, ‘cause everyone is made of such beautiful specific details… Like I remember the way you beard has a bit of red in it, and how the sun was making it glow that… that morning right before you left. I remember that, and… I missed it.

.

(Es un alivio comprobar que no soy el único que siente así. Es esto exactamente lo que siempre he dicho sobre mis relaciones amorosas: no cierran. Y eso me hace acordar algo que articulé leyendo a Lucía Bertone leyendo a Martin Keogh: la capacidad de improvisar es también la capacidad de vivir en lo irresuelto. Una vez que se inicia una danza no tiene forma de terminar… )